Rompiendo muros

Superando Barreras

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A Rosa, compañera inseparable de esta travesía

Barreras: cuando llega el Tsunami

NASA Tsunami. Superando BarrerasEn la vida podemos encontrar barreras que nos desbordan mucho más de lo que podemos imaginar antes de que ocurran. Situaciones límite para las que nunca pensamos poder tener fuerzas, que invaden nuestra rutina, transformándola de raíz. Puede ocurrir que uno no las prevenga porque irrumpan de forma inesperada, o que se presenten con lentitud. Lo que si es cierto es que nos imponen un cambio de planes radical en nuestras vidas. Máxime cuando estas situaciones tienen que ver con nuestra salud y nos enfrentan a la perspectiva de la muerte.

Salgo estos meses de una carrera larga contra la enfermedad y la incertidumbre. La carrera ha durado ocho años. Me cuesta ahora hacer memoria de todas las etapas que se han sucedido, y no podría volcar en un papel todas ellas. No se si por saturación o porque la cabeza desea, sobretodo y a pesar de todas las lecciones aprendidas, olvidar.

Resiliencia

¿Confías en ti mismo para lidiar con al adversidad? ¿Estarás listo si las barreras aparecen? Algunas personas afectadas se recuperan con mayor facilidad, mientras que otros se quedan por el camino. Esto depende de la capacidad de Resiliencia de cada individuo, y de si esta le ayuda a salir del atolladero. La Resiliencia es la habilidad de trasformar el dolor en algo constructivo, como una pelota que al recibir un impacto se deforma, y que recupera después su forma original. De no permitir que la fatalidad gane la batalla o determine o concluya tu vida. El psiquiatra francés Boris Cyrulnik, uno de los padres de la resiliencia, definió el término como ‘el arte de navegar en los torrentes[i]. Es una actitud vital positiva y estimulante. Cuando no disponemos de esta ayuda, el trauma resultante anida en nuestro interior y ese interior queda dañado. Nos convertimos en una marioneta.

Enfrentar el golpe

La decisión de poner manos a la obra depende del coraje y la valentía disponible en ese momento. Aunque no se vea la meta o ni siquiera el camino por el que aproximarnos hacia ella. Las fuerzas (físicas) de que se dispone también influyen, pero todo indica que la energía mental cuenta más a la hora de poner manos a la obra. El camino que arranca ante nosotros es invisible, no se intuyen sus márgenes, o si hay áreas de servicio donde parar a descansar o cargar combustible. Tampoco lo largo que será el viaje o si llegaremos alguna vez a destino.Enfrentar el golpe

Hay varias terapias para luchar contra el infortunio. Una de ellas es aprovechar el tiempo, ocuparse. Al hacerlo, el mismo tiempo pasa más deprisa y uno olvida de tanto en tanto las preocupaciones mismas. Si el objeto de esa ocupación resulta demás útil, el beneficio es doble. Parecería como si aprovecháramos la desgracia para descubrir la satisfacción, y nuestra mente recibe ese sentimiento con alegría.

Otra es dedicar cierto tiempo a la introspección: observar como trabajan nuestro cuerpo y nuestra mente por dentro. Qué hábitos funcionan mejor, de qué costumbres dañinas no cuesta tanto separarse, cómo podemos ilusionar a la mente con proyectos futuros no planteados con anterioridad. Estamos tan acostumbrados a la rutina, al trabajo, a las prisas, a las imposiciones de nuestra vida moderna, que no es fácil imaginarse otra forma alternativa de vivir. Es algo parecido al panorama que surge cuando alguien se jubila: los esquemas anteriores dejan de funcionar de un día para otro, y hay que cambiarlos por otros. Puede ocurrir que tengamos que hacer una cosa que posiblemente nos aterra mientras vivimos en nuestra zona de comfort: empezar desde cero un nuevo mañana.

Los apoyos

Ante la adversidad y las barreras, puede ocurrir que algunos seres queridos resulten no serlo tanto. Puede que algunos amigos habituales, tampoco. De otro lado, pueden aparecer personas lejanas o encuentros casuales con seres con suficiente empatía. Estos actúan como verdaderos cuidadores mostrando interés, ofreciendo apoyo y sobre todo, compañía. Es un premio de la vida encontrar personas así. Es cierto que para no desmoronarse es necesario contar con algún tipo de apoyo humano o social, y que el mundo alrededor del sujeto acuse recibo de la experiencia traumática, porque así funciona mejor la curación de las heridas y la recuperación de la confianza. La sociabilidad es como una pomada curativa que además ofrece consuelo.Apoyos

Pero he visto muchas personas en medio de traumas parecidos que renunciaban con resistencia numantina a dejarse ver y a contar su historia. Muchos han caído en el intento de superarlos. También me he encontrado con otras personas a las que les ha faltado ese apoyo humano cercano e incondicional. La mayoría de estas personas han corrido la misma suerte. Y es que la soledad no hace mas que dificultar las cosas, al no poder contar los problemas y pensar en otras cosas.

Ser comunicativo ayuda a soltar lastre y a tranquilizar la mente. Porque poner en palabras las inquietudes internas las relativiza y pierden importancia. En este punto, incluso se pueden llegar a olvidar.

Epílogo

Beneficios naturaleza¿Me permiten un consejo de corredor de fondo? Descubran los beneficios de un paseo por el campo. Una buena conversación mientras tanto es un añadido extra, aunque no es imprescindible. He podido experimentar, durante estos últimos años de salidas al campo más frecuentes que de costumbre, todas estas cosas: cambios de humor (a mejor), aumento del optimismo, coto a la angustia, despreocupación y relativización de los problemas… ¡Bien por la naturaleza!


[i] Boris Cyrulnik, Los patitos feos, 2001. GEDISA, 2009

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