Somos dueños de nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos, y debemos responsabilizarnos de ellos sin culpar a los demás por lo que decimos y hacemos.
Los encargados tienen una serie de compromisos:
- Fijar objetivos individuales
- Delegar responsabilidades
- Tomar medidas para alcanzar el éxito
- Estimular la autocrítica y dar feedback positivo
- Favorecer el desarrollo de las personas
Los trabajadores, por su parte:
- Tienen derecho a equivocarse
- Emitir juicios o valorar su trabajo
- Aprender con sus errores
- Contribuir al crecimiento del equipo
Los directivos que han decidido aprovechar la educación ejecutiva de Lyskam aprenden la importancia de inspirar a otros. Se convierten en dinamizadores e impulsores y saben empoderar a las personas que los acompañan en el camino.