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El Liderazgo hoy
Los cambios que sufrimos en la actualidad en el campo del liderazgo son profundos y sorprendentes. Nos vemos en la necesidad de probar nuevos métodos y aunque la prudencia es indispensable, no podemos ser pusilánimes y conformarnos con ser buenos gestores.
El Pensar y el Hacer
Por eso hablamos todo el tiempo de innovación, aunque es interesante saber que también tenemos que ir a la acción, a la determinación, ser decididos y encaminarnos hacia la realización de proyectos.
Del thinking al making hay un camino a recorrer y verdaderamente no hay atajos posibles. En esta fase, la excelencia en el camino es la brújula de una acción exitosa. No vale solo con querer ser novedoso.
El líder de hoy necesita entrenamiento para ser un punto de referencia. No nos cansamos de repetir una y otra vez que tenemos una sorprendente carencia de liderazgo, en el ámbito institucional, político y empresarial. Necesitamos más que nunca líderes capaces de encontrar oportunidades en la adversidad con habilidad para aunar voluntades y crear entusiasmo compartidos.
Exceso de información
Son necesarias personas capaces de sintetizar la información que nos rodea, pues estamos en un mundo altamente disruptivo que avanza a una velocidad vertiginosa. Todo lo que hacemos es sabido en tiempo real.
En consecuencia, necesitamos crear espacios de comodidad y confianza para así poder abrir nuevos horizontes y hacer del liderazgo un empeño ilusionaste del capital humano.
El nuevo paradigma de liderazgo encierra grandes aprendizajes. En primer lugar, nos invita a ser grandes exploradores donde nuestra capacidad de asombro se verá ampliamente desarrollada. Es obvio que tendremos que ser además pacientes y considerados con los errores y los aciertos frente a los nuevos sistemas que vamos creando.
Competitividad
Hasta ahora dentro de las empresas se había fomentado la competitividad a extremos insospechados, incluso dentro del mismo equipo. Esto provoca la fragmentación del mismo, la falta de unidad y una colaboración poco respetuosa.
La creación de estos espacios tan poco edificantes genera todavía a día de hoy, un absentismo laboral elevado donde el índice de personas desencantadas por metro cuadrado es sorprendente.
Nos causa una tristeza enorme oír a personas decir “mi único sueño es jubilarme” cuando aún no han llegado a la cuarentena. Esto es una realidad que pocos admiten. El descontento que generan estas filosofías es altamente condenado en los nuevos paradigmas empresariales.
Formación
La Alta Dirección de una compañía necesita que sus directivos se conviertan en líderes capaces de pilotar estos nuevos entornos. Estos requieren un proceso de formación de máximo valor que depure sus capacidades intelectuales y emocionales. El objetivo es conseguir que el directivo sea capaz de expresarse de una manera sencilla, amable y serena, sin prepotencia ni altivez.
El directivo ha de adquirir madurez intelectual y espiritual que proporcione un alto valor a los comportamientos cotidianos. Esto permite que las personas se esfuercen en trabajar desde el rigor, la confianza y el gusto por el trabajo bien hecho.
Solo así podrán crear grupos especializados y multidisciplinares eficientes y serán capaces de ayudarles a realizar las tareas con las cotas más altas de eficiencia.
El auténtico progreso directivo aparece cuando las personas saben responder a la invitación de asumir las responsabilidades que la realidad nos exige.
Elementos Fundamentales Del Liderazgo
Hay tres elementos fundamentales en el liderazgo, la tríada de agradecer, reconocer y compartir. Quisiera ahondar en primer lugar en esta última.
La Visión Compartida![]()
En una empresa se comparten aspiraciones. Tratamos de eliminar los contratiempos y nos necesitamos unos a otros. Es interesante establecer una conexión genuina que vaya más allá de nuestros propios intereses. Se trata de entender el sentido de lo que hacemos, el propósito de la empresa y la satisfacción de poder participar en un proyecto que conforma futuro.
Cuando los objetivos son individualistas y no se comparte la visión, se genera una gran desconfianza y confusión mental. Esta confusión provoca desorientación en la voluntad, lo que hace que se generen conductas inapropiadas, poco honestas y desacertadas.
Los miedos crecen, la rumorología se dispara con mayor facilidad, se genera incomodidad, falta la comunicación efectiva y, en consecuencia, en muchas ocasiones se toman decisiones estratégicas erráticas.
No tienen más que observar una orquesta de música: aunque cada uno de los miembros que la componen tienen una responsabilidad individual, no olvidan la visión común que este caso es la melodía, que expresa la grandeza de esa perfecta conjugación instrumental.
De ahí la importancia de tener presente una visión compartida que nos motive a levantarnos por la mañana con entusiasmo y compromiso.
Por lo tanto, afirmamos con rotundidad que la columna vertebral del liderazgo del siglo XXI es el “Encuentro” y así lo manifestamos a lo largo de todo el proceso de formación en Lyskam Executive Advisors. El liderazgo que propugnamos es un liderazgo que no se impone sino que se comparte. Con apertura mental, generosidad y una paciencia sostenida que soporte los ritmos de nuestros colaboradores, hasta conseguir un buen encaje.
Agradecer y Reconocer![]()
Cuando agradecemos los esfuerzos realizados, nos sentimos valorados y reconocidos por nuestras actitudes y por los logros alcanzados. Esta es la clave y la llave para que nuestro Sistema de Recompensa Cerebral se ponga en marcha, como cuándo se acciona con la llave el motor de un coche.
En ese momento se desencadena un proceso químico sorprendente, que genera dopamina, endorfina y serotonina, y por ello nos volvemos más inteligentes, más fuertes y más confiados.
Es en ese momento donde nuestra cabeza, como una especie de linterna, busca con entusiasmo y valentía el siguiente desafío. De ahí la famosa tríada de agradecer lo logrado, reconocer lo valioso que hay en cada uno y compartir los desafíos.
Por eso es importante que cultivemos con la máxima humildad nuestro nivel de satisfacción en la vida. Esto nos refuerza constantemente y nos hace ver que tenemos todos los recursos internos que necesitamos para salir adelante bajo cualquier circunstancia.
Anima y da fuerza a las personas a evolucionar y desarrollar un fuerte compromiso con ellas mismas. Es muy gratificante saber que los esfuerzos y nuestras decisiones, unas veces más acertadas que otras, han merecido la pena y no lamentarse, ya que todas las experiencias traen sus aprendizajes.
Fases del Proceso de Lyskam Executive Advisors
Los ejecutivos buscan en Lyskam un punto de inflexión, un antes y un después en el que ponen en valor el camino recorrido y profundizan en el aprendizaje. Saben que la competencia de un directivo de primer nivel es la que aúna el conocimiento y la experiencia.
En una primera fase realizamos un profundo conocimiento de las palancas que sostienen a las personas. Promovemos el autoconocimiento para comprender bien los valores en los que se mueven. Desvelamos cómo esos valores se convierten en actitudes, comprendemos el modo de ser y descubrimos juntos más que lo que la empresa espera de uno mismo, lo que la persona puede ofrecer a la empresa.
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Cuando se mira lo que se puede ofrecer y la persona no se centra en el propio ser, se descubren realidades nuevas y grandes posibilidades. Con toda seguridad, las empresas reconocen el valor de su capital humano.
Nuestro proceso está diseñado para darle al directivo un apoyo específico en sus esfuerzos. Como se ha dicho, en una primera fase realizamos un estudio completo sobre las facetas más sobresalientes del carácter de las que beneficiarse.
En el carácter hay siete categorías que tenemos en consideración en este tipo de estudio. Hoy vamos a revelar una de esas categorías y compartiremos el resto de ellas en próximos artículos.
Primera Fase: el Carácter![]()
Al analizar el rendimiento de nuestro trabajo, nos encontramos en primer lugar con nuestra naturaleza o temperamento. Esta categoría tiene a su vez una serie de sub-aspectos que es importante analizar.
Sosiego
Las personas despreocupadas que no tienen una excesiva ansiedad, trasladan calma a sus interlocutores y muestran serenidad interna también a la hora de expresar ideas. El aplomo y firmeza que exportan hace que el nivel de fiabilidad en las personas que les rodean sea profundo. En este caso estas palancas son extremadamente valiosas para liderar con eficacia.
Ansiedad
También tenemos la vertiente contraria, personas que vienen al mundo con un sentimiento de urgencia y esto, yo diría que es algo casi genético. Son personas que aprenden más por la práctica más que por la teoría y por lo general se trata de perfiles bastante inquietos. Este tipo de personas no exportan demasiada calma a los que se encuentran a su alrededor. Tampoco tienen por lo general una gran serenidad interna porque son verdaderos buscadores que necesitan respuestas.
Este sentimiento de urgencia puede llevarles en un momento dado a no exportar la fiabilidad necesaria que necesitan las personas que le rodean.
Sin embargo, esto no quiere decir que no sean personas eficaces, curiosas o de gran valía. Sin duda, estos podrían ser aspectos que tendrían que trabajarse porque son interferencias que ensombrecen su verdadero talento. Su autoridad como líder puede verse mermada y sus mandatos pueden ser vistos como no beneficiosos para la empresa y para las personas que la integran.
Fiabilidad
La fiabilidad es la probabilidad de que una persona cumpla una determinada función bajo ciertas condiciones, y durante un tiempo determinado. Queda claro por tanto que la fiabilidad es un factor clave en el liderazgo. El líder debe abrir espacios confortables y confiables para crear un equipo con personalidad y rigor.
Satisfacción
Otro aspecto a considerar es la satisfacción en el trabajo. Por los estudios que hemos realizado, hemos comprobado que el nivel de satisfacción de las personas a nivel personal y profesional en nuestro país es especialmente bajo. En otros países con los que hemos trabajado el nivel de satisfacción varía notoriamente.
La satisfacción es sentirse orgulloso por los esfuerzos realizados y por los logros obtenidos. El simple hecho de recordar cómo hemos llegado hasta aquí nos capacita, nos alegra el saber que hemos logrado aquello que nos habíamos propuesto y nos da fuerza para acometer nuevos desafíos.
Es cierto que en la cultura española confundimos con frecuencia la discreción con la humildad y la prudencia. Tenemos muy arraigado el sentimiento de “obligación”, por lo que es normal la situación en la que decimos “he hecho lo que tenía que hacer y nada más”.
Esto indica que tenemos tendencia a convertirnos en seres presuntuosos o a que nos crezcan plumas de pavo real. Cierto es que el halago debilita y esto se produce cuando no hay sinceridad y no lo respalda la acción. Ese tipo de cosas nos incapacita para tratarnos a nosotros mismos con más respeto y afecto, lo que en último término determina nuestra satisfacción personal.
Aunque un líder deba cultivar el coraje, la humildad y la disciplina, también debe cultivar no solo su nivel de satisfacción sino también el de sus colaboradores.
La satisfacción está íntimamente relacionada con el reconocimiento sincero y honesto.
La Autoridad en la Infancia
Otro factor a tener presente en esta categoría del carácter es la relación con la autoridad en nuestra infancia. Es obvio que no podemos elegir el lugar donde nacemos, nuestro nivel socioeconómico, nuestros padres ni nuestros hermanos. Uno cae dónde cae y no hay más vuelta de hoja.
Por ejemplo, hay personas con una mente creativa, mentalidad abierta, que les gusta experimentar y ser especialmente curiosas. Cuando estas personas se encuentran en un ambiente cerrado, tradicional o muy conservador, suelen sentirse bastante incomprendidas.
Eso les hace chocar por tener que desarrollarse en unos límites estrechos que les impide sentirse cómodos. Por lo general se sienten ahogados aunque amen a sus padres pero sienten que han navegado en la hostilidad.
En este caso y en ese ambiente, la relación con la autoridad materna o paterna en general puede no haber sido todo lo buena que se hubiera deseado.
Consecuencias para el Liderazgo derivadas de la Autoridad de la Infancia
Esto es relevante porque cuando vamos a liderar un equipo por primera vez, la memoria de corto plazo se sirve de la de largo plazo para afrontar situaciones nuevas y esta última muestra el catálogo de los archivos que contiene.
El primer patrón de autoridad que ha recogido nuestra memoria de largo plazo y lleva a nuestra mente es el de nuestros padres: qué clima y qué energía se respiraba en nuestras casas. Si ese patrón no es demasiado edificante, nuestra mente busca otro archivo hasta que llega a alguien que fue representativo en nuestras vidas.
En el caso de que la relación de la autoridad en nuestra infancia haya sido armoniosa, recogemos patrones extraordinarios. Cuando admiramos la grandeza de quienes nos enseñan/enseñaron cosas valiosas, tenemos el 50% ganado porque podemos apoyarnos en valores altamente valiosos.
Cuando los padres dan raíces para crecer y alas para volar a sus hijos, estos tienen una ventaja incuestionable.
En este contexto, se sabe cómo manejar las relaciones interpersonales porque se tiene confianza para dar pasos firmes en la incertidumbre, no dudan de sus capacidades para resolver situaciones complejas. Simplemente las personas se han sentido queridas y respetadas. Como el liderazgo va mucho de agradecer, vayan queridos lectores empezando a entrenar agradeciendo lo aprendido a aquellas personas que marcaron un punto de inflexión en sus vidas
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Seguiremos compartiendo en futuros artículos cuestiones sobre el liderazgo de Lyskam Executive Advisors.
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